Si queremos entender el papel del comercio en el turismo es necesario en primer lugar dejar claro que dentro del gasto turístico la partida de gasto en comercio es poco relevante a día de hoy. Según datos del INE, la partida de gasto turístico denominada “otros gastos” supone alrededor de un 11%. Sólo en el caso de destinos de turismo residencial el gasto sube ligeramente por la tipología de bienes diarios (alimentación, droguería e higiene y farmacia).
Sin embargo el turista aumenta el gasto en experiencias. El gasto en actividades aumentó un 10% el pasado año. Con el permiso de los chinos, que dedican el 70% del gasto en consumo en el destino turístico a las compras, siendo el país del mundo que más dedica al shopping cuando viaja. No obstante el caso de China y su preferencia por las compras coincide con una sociedad nueva en esto del consumo, lo material y las bondades capitalistas.
En cuanto al atractivo de nuestro comercio para los visitantes extranjeros, somos sobretodo atractivos en moda. Según datos del gasto en taxfree a cargo de los turistas extracomunitarios, el 65% del gasto se fue a prendas de vestir. En segundo lugar, el 20% se fue a relojería y joyería.
En cuanto al tipo de tienda, el turista busca lo auténtico, dentro de una ciudad original. Están interesados en visitar sobretodo ejes comerciales de las ciudades y tiendas locales. Según el estudio de Mastercard High Value City Tourism 2015, tanto el turista ruso como el americano y el inglés prefieren las pequeñas tiendas locales que las grandes marcas locales en sus visitas a destinos urbanos.
Es posible aprender a orientar mejor las tiendas a los nuevos requerimientos turísticos, empezando por los básicos como el idioma y a partir de ahí ser capaces de ofrecer un diseño y un surtido que aporten sorpresa, identidad y originalidad y un servicio que se oriente a las experiencias y las emociones.
En cualquier caso, quizás el primer paso para atender las demandas turísticas es que todos los sectores vinculados al turismo junto a la administración aprendan a hablar el mismo lenguaje entre ellos y escucharse un poco más, que es curiosamente lo que todos presumen de saber hacer con su clientela.